Sólo quiere expresar mi admiración por Canadá. Ole, ole, y ole. Comentaré mi viaje largo y tendido, en estos días que tengo para "escribir mis papers". Pero Canadá es increíble y Vancouver, no digamos. Como muestra un botón. En mis primeros segundos en esta ciudad, vi unas luces suspendidas en el aire que marcaban el camino hacia el Pacífico y, más allá, las montañas. Sólo cuando estás ya dentro de ellas, te das cuenta de que no son barcos, ni farolas, ni almas perdidas. Son las luces y sombras de los edificios. Y hasta ahí puedo leer.
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